¿Qué es la dominancia estrogénica?

Los estrógenos son las hormonas que regulan la mayor parte de las funciones del organismo femenino. Cuando su nivel empieza a bajar, comienzan a sentirse los síntomas que al final conducen a la menopausia. Pero, ¿qué ocurre cuando hay demasiados estrógenos en nuestro cuerpo?

Los estrógenos y la progesterona actúan en el cuerpo femenino de una manera organizada, con un buen equilibrio entre ambas hormonas. Sin embargo, su buen funcionamiento puede alterarse con la edad, por el estrés o por una alimentación inadecuada. Esto puede producir un desajuste entre los niveles de estrógeno en el organismo, que son regulados por la progesterona. Cuando el desequilibrio hace que haya más estrógenos se produce una situación llamanda dominancia estrogénica.

¿Qué síntomas produce la dominancia estrogénica?

Los efectos de la fluctuación de hormonas aparecen habitualmente sobre los 40 años: cansancio, alteraciones del sueño, cambios de humor, sensibilidad en los pechos, disminución del deseo sexual, caída de cabello, pérdida de memoria

Unos años después, en general, se agravan de una forma leve o más severa. Si padeces al menos seis de los siguientes, es posible que tu organismo presente algún grado de dominación de los estrógenos.

Sensibilidad premenstrual en los pechos, dolor de cabeza y cambios de humor premenstruales, retención de líquidos, aumento de peso o cólicos durante la menstruación. Algo más graves serían la fatiga o la depresión, reglas irregulares, dolorosas y con sangrado abundante, las migrañas, problemas de tiroides, insomnio, disminución de la libido, dolor en las articulaciones y resequedad en los ojos. Síntomas de dominancia estrogénica grave son ansiedad y ataques de pánico, fibromialgia, tumores y endometriosis, síndrome de ovario poliquístico, senos fibroquísticos y tumores en la mama, esterilidad, envejecimiento acelerado, esterilidad o abortos involuntarios.

Al producirse el desequilibrio hormonal, debido al aumento de estrógenos o a la disminución de progesterona, se estimulan los tejidos con receptores estrogénicos, como son los pechos o el útero, lo que produce la aparición del cáncer, endometriosis o fibromas en esos órganos.

¿Qué factores producen la dominancia estrogénica?

  • La obesidad, a mayor cantidad de grasa, más conversión a estrógenos
  • Una dieta que contenga exceso de procesados, azúcar, cafeína o alcohol o fitoestrógenos
  • La carencia de magnesio y vitamina B6 necesarios para neutralizar los estrógenos
  • El estrés, que produce fatiga en la glándula suprarrenal y conlleva la disminución de progesterona
  • La exposición a disruptores endocrinos o xenoestrógenos, que se encuentran por ejemplo, en productos de higiene personal
  • Enfermedades hepáticas que afecten al metabolismo de los estrógenos o cualquier otro factor orgánico que conlleve una producción excesiva de estrógenos
  • La terapia hormonal sustitutiva utilizada de forma inadecuada

¿Cómo evitar la dominancia estrogénica?

En mujeres que aún no la padecen, se debe intentar mantener el equilibrio entre progesterona y estrógenos, con una dieta sana y ejercicio. En las que ya se ha producido, la única forma de producir un equilibrio es mediante la terapia hormonal de reemplazo, que siempre debe recibirse bajo prescripción médica.

Imagen: Blubel

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