
La actividad física y el movimiento siempre han sido esenciales para mantenerse sanos y en buena forma. Esto es aún más cierto en la menopausia, donde un poco de ejercicio constante puede jugar un papel importante para contrarrestar los trastornos típicos de esta fase de nuestras vidas.
5 razones para hacer ejercicio durante la menopausia
1- Ayuda a contrarrestar el sobrepeso y mantener el peso ideal.
2- En la menopausia, debido al cambio en los niveles hormonales, nuestro metabolismo tiende a ralentizarse y ganamos peso más fácilmente: el ejercicio no sólo nos ayuda a consumir el exceso de calorías, sino que, en combinación con una dieta equilibrada, mantiene nuestro metabolismo activo y es útil para quemar el exceso de grasa.
Además se mejora la presión sanguínea actuando positivamente sobre los niveles de lípidos y glucemia en el torrente sanguíneo.
3- La actividad física ayuda a reducir el colesterol total, aumentar el colesterol bueno (HDL) y reducir los triglicéridos. Además, el ejercicio tiene un efecto favorable sobre la tolerancia al azúcar, reduciendo el riesgo de diabetes. Todos estos aspectos nos ayudan a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Se ralentiza el envejecimiento de los músculos, huesos y articulaciones.
4- Los músculos que se mantienen en formas se lesionan menos y proporcionan un excelente apoyo a los huesos y las articulaciones durante el movimiento. La actividad física también contrarresta la pérdida de masa ósea, previene la osteoporosis al aumentar la densidad ósea. Gracias al movimiento las articulaciones se mantienen lubricadas, permanecen más elásticas y envejecen más lentamente.
Se reduce el estrés, se previene la ansiedad y el insomnio.
5- El ejercicio aumenta los niveles de catecolaminas y beta-endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad, que también tienen un efecto positivo en el estado de ánimo.
Se contrarrestan los principales trastornos de la menopausia como los dolores de cabeza, la irritabilidad y los sofocos..
¿Qué tipo de actividad física se recomienda en la menopausia?
No es necesario hacer ejercicios pesados o demasiado exigentes; al contrario, basta con un esfuerzo moderado pero constante.
De hecho, se recomienda una actividad de bajo impacto mecánico, que no sobrecargue los músculos y las articulaciones que, de otro modo, podrían verse afectados más fácilmente por el desgaste y las lesiones.
La actividad que más se ajusta es el ejercicio aeróbico, que requiere una baja intensidad y una larga duración.
Los deportes aeróbicos son muy útiles, mejoran la función cardíaca y pulmonar, mantienen el peso bajo control y facilitan la absorción de nutrientes óseos como el calcio y la vitamina D.
La natación y los ejercicios acuáticos en general también son muy recomendables porque estimulan la circulación y contrarrestan la retención de agua; pero el ciclismo, el yoga (que ayuda a reducir el insomnio) y el pilates son igualmente eficaces.
Sea cual sea la actividad es aconsejable calentar de 5 a 10 minutos antes de iniciar una actividad aeróbica y dedicar algún tiempo también a la fase de recuperación.
Tampoco hay que olvidar los estiramientos después de cada entrenamiento. Y recuerda que las sesiones no deben ser de más de 40 minutos por sesión, pero eso sí, a diario.
Se trata de empezar poco a poco, y una vez adquirido el ritmo, ¡en unos meses de entrenamiento comienzan a verse los primeros resultados!
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