
Los síntomas de la menopausia van cambiando con la edad. Al principio los más habituales son los sofocos, los kilos de más, la irritabilidad. Después pueden aparecer problemas en la piel, la musculatura y en el aparato genitourinario. Con los años aumenta la posibilidad de tener osteoporosis y enfermedades cardiovasculares.
La caída de los estrógenos afecta al suelo pélvico, la vagina, la vejiga y la uretra, todos ellos con receptores para esas hormonas.
Como consecuencia, aparecen las infecciones urinarias, que no son exclusivas de este periodo, aunque se hacen más frecuentes con la edad. Es habitual que entre un 10-15% de las mujeres mayores de 60 años tengan infecciones de orina, debidas a los cambios en la flora bacteriana producidos por el cambio en el pH vaginal durante la menopausia. Un suplemento de estrógenos puede reducir las infecciones.
Los síndromes de urgencia-frecuencia miccional también están relacionados con la caída en el nivel de estrógenos. Esto la pérdida del control voluntario de orinar, que produce la sensación de necesitar hacerlo urgentemente. Afecta al 30% de mujeres mayores de 65 años y también puede reducirse su efecto con un tratamiento de estrógenos. La incontinencia urinaria afecta a un 25% de mujeres mayores de 60 años y va haciéndose más frecuente conforme avanza la edad, aunque también depende del número de gestaciones, partos y la obesidad.
La incontinencia urinaria o pérdida involuntaria de orina puede ser de varios tipos:
- La que se produce por un esfuerzo físico que oprime el abdomen, la típica que se escapa al estornudar, por ejemplo.
- La que ocurre cuando se ha aguantado mucho y cualquier estímulo hace que se escape la orina.
- La que es debida a un debilitamiento de los músculos que afectan al acto de orinar.
- La incontinencia urinaria de urgencia, pérdida involuntaria de orina asociada a una necesidad imperiosa y repentina de orinar. Es frecuente en la menopausia.
La retención urinaria, incapacidad de orinar o de vaciar por completo la vejiga, también puede aparecer en la menopausia y es posible paliarla con un tratamiento de estrógenos.
¿Cómo evitar la pérdida de orina?
- Reforzar el suelo pélvico, es fácil hacerlo con los ejercicios de Kegel para reforzar la musculatura de la zona y evitar o reducir las perdidas de orina.
- El estreñimiento es un esfuerzo perjudicial, por lo que aumentar el consumo de fibra puede ser beneficioso.
- Llevar una dieta saludable para evitar el sobrepeso y reducir cualquier esfuerzo extra sobre la suelo pélvico y la vejiga.
- Hacer ejercicio moderado y adecuado al estado físico, evitando los deportes de alto impacto y cualquier sobreesfuerzo.
- Tratamientos con estrógenos, que proporcionan los que el cuerpo deja de producir, o anticolinérgicos que minimizan la contracción involuntaria. Cualquiera de ellos es una opción, que debe ser recomendada por el médico.
Muchas mujeres ven estos síntomas como algo normal, una consecuencia del envejecimiento y no consultan con su médico. Sin embargo, diversos estudios aseguran que la atrofia urogenital afecta entre un 10 y un 40% a las mujeres posmenopáusicas. Estos síntomas y su intensidad dependen en parte de la edad, de que la menopausia sea inducida, enfermedades crónicas, o la raza. Sin tratarse de un tema grave, lo cierto es que afecta a nivel físico y emocional a las mujeres que padecen pérdidas de orina.
Por eso lo aconsejable es consultar con el médico. Si es posible algún tipo de tratamiento nos lo recomendará. Si no es así, a pesar de la inseguridad que puede llegar a suponer, la pérdida de orina no puede ser un elemento incapacitante. Si ocurre hay que afrontarlo y procurar tener la mejor calidad de vida posible.
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