Niebla mental en la menopausia

La niebla mental, brain fog, es uno de los síntomas de la menopausia menos conocidos. Este nombre tan bucólico lo empezó a utilizar el médico Edward Tilt para describir el estado de las mujeres menopáusicas victorianas que no recordaban el camino a casa o dónde habían dejado sus pertenencias.

La doctora Gayatri Devi comenzó a investigar este fenómeno, tras diagnosticar como Alzheimer las pérdidas de memoria que padecía una paciente con menopausia. Se le aplicaron una serie de tratamientos, incluidos los estrógenos, y la pérdida de memoria y la desorientación desaparecieron.

Lo que le ocurría a esta paciente no tenía que ver con el Alzheimer, su deterioro cognitivo era debido a la bajada del nivel de estrógenos propio de la menopausia. Esta hormona empieza a dejar de producirse durante la perimenopausia, unos 7 años antes de llegar a la menopausia, que se sitúa alrededor de los 52 años en occidente.

Esta pérdida de memoria es frecuente en muchas mujeres sin tener claro a qué es debido. Durante la perimenopausia se experimentan fallos de memoria y dificultad a la hora de utilizar palabras habituales, se ve mermada la fluidez verbal habitual en las mujeres.

Según las pruebas realizadas por Devi, aproximadamente un 60% de las mujeres perimenopáusicas o menopáusicas experimentan cambios cognitivos de los que son conscientes. Las mujeres a las que se les había administrado estrógenos tras serles extirpados los ovarios mejoraban su capacidad cognitiva, también a las que optaban por la terapia de reemplazo hormonal.

¿Por qué ocurre esta pérdida de memoria?

El cerebro tiene receptores de estrógeno en el hipocampo, región en la que se fijan y se recuperan recuerdos. Si los estrógenos disminuyen se producen dificultades en esta función.

Además, hay que tener en cuenta los problemas de sueño, insomnio, que padecen más de la mitad de las mujeres menopáusicas y también afecta a la capacidad de descanso, que obstaculiza el funcionamiento cerebral y la memoria. A su vez, los sofocos y los sudores nocturnos perjudican el sueño y por último, la ansiedad, la depresión y un bajo estado de ánimo son factores que afectan a la memoria.

Estos problemas de memoria se suelen atribuir al estrés de la vida cotidiana, ya que cuando empiezan a producirse la mujer aún tiene habitualmente a los hijos en casa, padres a los que atender y está laboralmente activa, por lo que no se suele dar importancia a esos pequeños despistes. Sin embargo, cuando ocurren con frecuencia, es importante hacer un diagnóstico correcto para saber su origen y darle el tratamiento adecuado.

Por lo que se deduce de los estudios, este fenómeno se va reduciendo en la medida en que el cerebro se acostumbra a hacer sus tareas con poco o ningún estrógeno.

Es posible retardar o evitar el deterioro cognitivo:

  • Llevando una dieta saludable
  • Haciendo ejercicio aeróbico
  • Tener una rutina de sueño
  • Haciendo ejercicios de estimulación cerebral

Ante cualquier duda, consulta a tu médico.

Imagen: ivan aleksic

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