Dolor articular y óseo en la menopausia

Los cambios hormonales que se dan en la menopausia afectan a todo el organismo. Uno de los problemas habituales durante la menopausia es el dolor en las articulaciones, frecuente en general a partir de los 35 años, pero que aumenta en este periodo y van agravándose con la edad.

Los problemas óseos y musculares son más habituales en las mujeres, casi un 80% de ellas los padecen y están relacionados con la menopausia. Artralgias, artritis, osteoporosis, son frecuentes durante la menopausia.

Una de las articulaciones más afectadas es generalmente la rodilla, ya que el desgaste de los cartílagos produce un rozamiento entre los huesos que tampoco lubrican lo suficiente para evitar que esto ocurra. Si a esto se añade un exceso de peso, la calidad de vida puede verse empeorada por los dolores que produce.

Puesto que la menopausia es inevitable, lo mejor que se puede hacer es prevenir complicaciones. Es el momento de cambiar hábitos de alimentación y de ejercicio para evitar estas molestias. No hay que olvidar que en la menopausia aumenta el riesgo de padecer osteoporosis y artritis, por lo que el cuidado de la salud ósea es fundamental.

Cuando una mujer sufre dolores esqueletomusculares intensos durante la menopausia es probable que abandone el ejercicio, lo que conlleva el peligro de aumentar de peso y con ello el de padecer problemas cardiovasculares. Este mal estar corporal suele acompañarse de estado de ánimo triste o depresión, que a su vez disminuye las ganas de cuidarse. Es un círculo vicioso que afecta a la salud física y mental de la mujer.

Es importante realizarse exámenes médicos periódicos y hacer todo lo que esté en nuestra mano para cuidarnos y tener una vida saludable.

Consejos para mantener una buena salud ósea y muscular

  • Practicar alguna actividad física que tonifique los músculos de las articulaciones, para fortalecerlos, prevenir el dolor y la rigidez.
  • Seguir una dieta saludable que incluya vitaminas, sobre todo D, antioxidantes y ácidos grasos Omega 3, evitando alimentos que descalcifiquen los huesos.
  • Mantener el organismo hidratado, ya que el cartílago está fundamentalmente formado por agua, y si se deshidrata empeora la salud de las articulaciones.
  • Controlar la báscula para no tener sobrepeso que siempre es malo para huesos y músculos.
  • Mantener una buena higiene postural para evitar que la columna se desalinee y con ello aparezcan otros problemas que acabarán perjudicando a las articulaciones, produciendo dolor.

Anticiparse a lo que es previsible es la mejor forma de aligerar cualquier complicación futura.

Imagen: Kaylee Garrett

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*