
Los fitoestrógenos son compuestos naturales, se encuentran en muchos alimentos de origen vegetal, legumbres, cereales integrales, frutas y hortalizas. Son la alternativa a la terapia hormonal sustitutiva, THS, en la menopausia.
La Food Standards Agency define como fitoestrógeno, a la sustancia que induce respuesas biológicas en las personas y que pueden mimetizar o modular la acción de los estrógenos endógenos, que produce el propio organismo, al unirse a los receptores de estrógenos.
En los paises orientales se consume habitualmente soja y sus derivados, lo que proporciona entre 40-50 mg de isoflavonas al día, en Japón alcanza los 200mg, frente a los escasos 5 mg en la dieta en paises occidentales.
En algunos estudios comparativos de la dieta de paises orientales frente a los occidentales se ha observado una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, además de una menor incidencia de los síntomas asociados a la menopausia, sofocos, aumento de peso.
Dado que esas enfermedades son caracter hormonal, la menor incidencia en paises orientales se asocia al efecto benefactor de las isoflavonas de la soja, que tienen una débil actividad estrogénica.
Se han identificado miles de estrógenos, aunque las isoflavonas son los más numerosos y posiblemente los más conocidos. Se pueden encontrar en las legumbres, en especial en la soja, en forma de harina, miso, tofu o licuada. En germinados y salsa apenas tiene presencia.
Alimentos que contienen isoflavonas
- Legumbres, especialmente soja
- Cereales integrales
- Frutos secos
- Frutos del bosque
- Dentro de las isoflavonas es mejor tomar aquellas con contengan especialmente genisteína, daidzeína y S-equol, presentes en sésamo, soja, habas, kudzu, trébol rojo o maracuyá.
Efecto de las isoflavonas en el organismo
Las isoflavonas se encuentran en forma de precursores, que al ser ingeridas y gracias a la acción de las bacterias intestinales se transforman en activas. Por eso es tan importante para su absorción que la flora intestinal se encuentre en un estado saludable, algunas enfermedades y medicamentos pueden afectar, y evitar el exceso de fibra en la dieta, que puede dificultar su absorción.
Las isoflavonas tienen propiedades antiangiogénicas, antiproliferativas y antitumorales. La intensidad de la actividad estrogénica depende del tipo de fitoestrógeno y de la unión con el receptor. Hay dos receptores, el alfa, que está por todo el sistema nervioso central, la mama, el hígado y el endometrio, y el beta, en el sistema nervioso central, huesos, pared vascular y tracto urogenital.
La genisteína actúa principalmente en los órganos en los que predominan los receptores beta. La daidzeína es antioxidante, ayuda a prevenir el riesgo de cáncer, retrasa el envejecimiento y aumenta la protección cardiovascular.
Los estudios muestran una menor incidencia de cáncer de mama y metastasis en las mujeres orientales, que se asocia a una dieta rica en fitoestrógenos de soja que además protege del cáncer de endometrio y del de próstata en los hombres. Los fitoestrógenos son desaconsejables en mujeres con antecedentes de cáncer de mama.
La menor tasa de enfermedades cardiovasculares en países orientales también se asocia a una dieta rica en fitoestrógenos, aunque también puede deberse a una dieta baja en grasas saturadas, con menores niveles de colesterol.
Los efectos beneficiosos de los fitoestrógenos para paliar los síntomas de la menopausia como sofocos u osteoporosis pueden ser una alternativa a la terapia hormonal THS, que tiene numerosos efectos secundarios y que la hacen inadecuada para algunas mujeres.
Solo un 15-25% de las mujeres orientales, que tienen una dieta rica en isoflavonas, padecen sofocos durante la menopausia, frente al 75-85% de las occidentales.
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