Impacto de la menopausia en la salud mental: lo que debes saber

Decir que una anda un tanto trastornada durante la menopausia no es una exageración ni una manera de hablar. Al igual que en otras épocas de nuestra vida cuando estábamos ovulando, las hormonas juegan un papel importante en nuestra manera de sentirnos.

Uno de los aspectos menos discutidos pero muy significativos de la menopausia es su influencia en la salud mental. Durante este período, muchas mujeres experimentamos fluctuaciones en el estado de ánimo, irritabilidad, dificultades para concentrarse y problemas de sueño. Estos síntomas están directamente relacionados con la disminución de los niveles de estrógeno y progesterona, hormonas que tienen efectos en el sistema nervioso y el equilibrio químico cerebral. Así que si te notas desequilibrada, irritada de más, tiene una explicación lógica.

El problema ya no es solo la falta de sueño o la irritabilidad, durante esta etapa se corre el riesgo de desarrollar depresión y ansiedad. La conexión entre la menopausia y la salud mental es compleja, ya que no todas las mujeres padecen estos síntomas de la misma manera ni en el mismo grado. Algunas apenas notarán cambios durante esta etapa, mientras que para otras puede ser un cambio significativo en sus vidas.

Hormonas clave y su relación con el cerebro

Las hormonas son mensajeros químicos que circulan en el cuerpo y afectan a muchas funciones biológicas, incluyendo el desarrollo, el metabolismo, la reproducción y, de manera significativa, el comportamiento y la emoción.

  • Estrógeno y progesterona. Son las hormonas sexuales femeninas. El estrógeno tiene efectos neuroprotectores y puede mejorar la memoria y el estado de ánimo, mientras que la progesterona tiene efectos calmantes. Las fluctuaciones en estas hormonas son las responsables de síntomas como irritabilidad, ansiedad y depresión, especialmente durante el síndrome premenstrual o la menopausia.
  • Testosterona. Aunque predomina en los hombres también está presente en el organismo femenino. Influye en la agresividad, la competitividad y la libido. Los niveles bajos de testosterona en hombres se asocian con fatiga, depresión y problemas de memoria.
  • Cortisol. Llamada también hormona del estrés, se produce en las glándulas suprarrenales y afecta directamente al cerebro. Niveles elevados de cortisol pueden llevar a la ansiedad, problemas de sueño y depresión, mientras que niveles crónicamente bajos pueden causar fatiga y anhedonia (incapacidad para sentir placer). El estrés crónico activa la liberación de cortisol, que en exceso puede alterar la estructura y función del cerebro, reduciendo el volumen del hipocampo, una región clave para la memoria, y afectando la corteza prefrontal, responsable de la toma de decisiones y el control emocional. El resultado puede ser un aumento en la susceptibilidad a trastornos de ansiedad y depresión.
  • Serotonina y dopamina. No son hormonas en el sentido estricto, pero son neurotransmisores que regulan el estado de ánimo. La serotonina se asocia con sentimientos de bienestar y felicidad, y la dopamina con el placer y la recompensa. Los cambios hormonales pueden alterar la disponibilidad de estos neurotransmisores, influyendo en el estado de ánimo.

Factores de riesgo que aumentan los problemas de salud mental durante la menopausia

Mitigar los síntomas de salud mental durante la menopausia requiere un enfoque integral que combine terapias psicológicas, intervenciones médicas y estrategias de autocuidado. Cada mujer es única, por lo que la combinación de tratamientos y enfoques debe ser personalizada.

Historial de trastornos mentales previos

Las mujeres que han sufrido de depresión, ansiedad o cualquier otro trastorno de salud mental antes de llegar a la menopausia tienen un mayor riesgo de experimentar una recurrencia o exacerbación de estos síntomas durante la transición menopáusica. Un historial de trastorno disfórico premenstrual (TDPM) o depresión posparto también puede aumentar la vulnerabilidad. También las mujeres con trastorno bipolar pueden experimentar un empeoramiento de los episodios maníacos o depresivos durante la perimenopausia debido a la inestabilidad hormonal.

Factores hormonales

Eso es la menopausia un descenso en el nivel de estrógenos, hormona que en niveles normales y con la ayuda de la dopamina y la serotonina, tienen un efecto protector sobre el cerebro y regulan el estado de ánimo. La disminución de los niveles de estrógeno durante la perimenopausia y menopausia puede aumentar la propensión a la depresión y la ansiedad.

Factores psicosociales

Las mujeres que enfrentan niveles elevados de estrés crónico debido a factores como el trabajo, las relaciones, o las responsabilidades de cuidado (por ejemplo, cuidar a padres mayores o hijos), pueden ser más vulnerables a los problemas de salud mental durante la menopausia. Conflictos matrimoniales, divorcio, o la falta de apoyo emocional pueden intensificar la sensación de soledad y aumentar el riesgo de depresión.

Además la menopausia a menudo coincide con eventos de vida significativos, como la jubilación, el síndrome del nido vacío, o la pérdida de seres queridos, lo que supone un incremento de la carga emocional y predispone a trastornos de salud mental.

Factores de salud física

Las mujeres que padecen enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardíacas, o artritis tienen mayor riesgo de tener problemas de salud mental durante la menopausia. El dolor crónico y la preocupación por la salud física suelen contribuir al desarrollo de la depresión y la ansiedad.

Los trastornos del sueño, como el insomnio o las alteraciones del sueño debido a los sofocos, son comunes durante la menopausia y están estrechamente relacionados con un mayor riesgo de depresión y ansiedad.

Factores de estilo de vida

El ejercicio regular está relacionado con un mejor estado de ánimo y salud mental, por lo que las mujeres que llevan un estilo de vida sedentario pueden tener un mayor riesgo de depresión durante la menopausia. El consumo excesivo de alcohol y tabaco puede agravar los síntomas menopáusicos y aumentar el riesgo de trastornos del estado de ánimo. El sobrepeso empeora los síntomas físicos de la menopausia, como los sofocos y la fatiga, y está asociado con un mayor riesgo de depresión.

Percepción de la menopausia

Las mujeres que perciben la menopausia como un signo de envejecimiento y pérdida de feminidad pueden experimentar una mayor angustia emocional, aumentando las probabilidades de padecer de depresión y ansiedad.
La falta de educación y recursos sobre la menopausia, así como la falta de apoyo social, puede dejar a las mujeres sintiéndose inseguras y solas en su experiencia, haciéndolas más propensas a tener problemas de salud mental.

Tratamientos y estrategias de manejo

Se pueden utilizar tratamientos médicos como la THM, terapia hormonal que puede ser una opción para aliviar los síntomas físicos y emocionales asociados con la disminución de los niveles de estrógeno. Sin embargo, este tratamiento no es adecuado para todas las mujeres y antes de utilizarse debe consultarse con un médico. También es posible que sea necesario el uso de antidepresivos para mitigar la ansiedad.

Las terapias psicológicas son muy útiles. La TCC, Terapia Cognitivo-Conductual por ejemplo, ayuda a las mujeres a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos que contribuyen a su malestar emocional, y enseña técnicas para manejar el estrés y las emociones intensas, muy útil durante la menopausia.

La ACT, Terapia de Aceptación y Compromiso, se centra en aceptar los pensamientos y sentimientos difíciles en lugar de luchar contra ellos, y comprometerse a acciones que se alineen con los valores personales.

La TIP, Terapia Interpersonal, ayuda a las mujeres a mejorar sus habilidades de comunicación y resolver problemas interpersonales que podrían estar afectando a su bienestar emocional, muy útil ya que la menopausia puede coincidir con cambios en las relaciones y roles sociales.

Enfoques de autocuidado, como el ejercicio físico regular, la alimentación equilibrada, mejorar la calidad del sueño, limitar el consumo de alcohol y cafeína y utilizar técnicas de manejo del estrés son fundamentales para mejorar el estado de ánimo durante la menopausia.

Apoyo social, ya que mantener conexiones sociales fuertes es crucial para la salud mental. Hablar con amigas, familiares o un consejero sobre los desafíos emocionales puede proporcionar alivio y perspectiva sobre la etapa menopáusica. Participar en un grupo de apoyo con otras mujeres que están pasando por la menopausia también puede proporcionar un sentido de comunidad y validación, reduciendo la sensación de aislamiento.

La menopausia conlleva cambios físicos y emocionales que hay que asumir y encajar para seguir disfrutando de la vida en esta etapa, que con sus inconvenientes, hay que vivir con la máxima calidad posible.

Foto de Daniele Levis Pelusi para Unsplash

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