«La menopausia es la edad de oro del amor»

«La menopausia es la edad de oro del amor»

Esta hermosa cita de Alda Merini sobre la menopausia contiene una pequeña verdad que muchas de nosotras no alcanzamos a entender, porque estamos luchando con los molestos síntomas que aparecen en este período de nuestras vidas.

Muchas mujeres temen la menopausia no sólo por los cambios de humor o los sofocos que la caracterizan, sino sobre todo por los cambios físicos y sexuales que conlleva.

En la menopausia, no sólo nos sentimos menos atractivas y deseables, nuestro cuerpo cambia y tendemos a engordar más fácilmente, sino que también experimentamos lo que se conoce como disminución de la libido.

Sencillamente, una disminución del deseo sexual debido a aspectos puramente fisiológicos pero sobre todo psicológicos.

¿Puede la disminución del deseo ser un problema de psicológico?

La mayoría de los aspectos relacionados con la disminución del deseo sexual en la menopausia suelen estar relacionados con la condición psicológica en la que nos encontramos.

Las inseguridades de las que somos víctimas con mayor frecuencia en esta etapa de nuestras vidas no nos permiten vivir pacíficamente las relaciones íntimas con nuestra pareja, lo que influye en nuestra capacidad de ser nosotras mismos y de dejarnos llevar.

De aquí surgen muchos de los problemas relacionados con la sexualidad de las mujeres menopáusicas, como la insuficiente lubricación de la vagina, la sensación de dolor durante el coito, la incapacidad de alcanzar el orgasmo.

Para solucionarlo es importante:

  • Hablar de ello, en primer lugar con nuestra pareja. Su comprensión no sólo será esencial para la mejora y la madurez de la relación en esta importante fase de la vida, sino que nos permitirá estar tranquilas y tener un punto de referencia para superar los temores y las debilidades. También es absolutamente recomendable hablar de ello con nuestro ginecólogo de confianza y posiblemente con un psicólogo: ambos son capaces de darnos consejos concretos que pueden ser fácilmente implementados, que pueden ayudarnos a cambiar completamente la perspectiva mental con la que vivimos el momento de la menopausia.
  • Finalmente, enfrentar la menopausia con la idea de que podría representar una edad de oro para nuestra relación. Las motivaciones son muchas.

La sexualidad menopáusica: porqué podemos considerarla mejor

Aunque parezca mentira, en la menopausia amor y sexo pueden resultar más interesantes por muchas razones.

Es cierto que ni nuestro cuerpo ya no es el que era ni tampoco tenemos la misma resistencia física. Nuestros ritmos de amor pueden considerarse más suaves, pero también tenemos más tiempo para dedicar a nuestra relación y más libertad en términos de privacidad y espacio.

En la menopausia nuestras prioridades cambian y una de ellas puede ser, sin duda, dedicar más tiempo y atención a nuestra pareja.

Desde cenas a la luz de las velas, baños románticos entre velas y aceites afrodisíacos, hasta viajes románticos a esos lugares que siempre quisisteis visitar, son muchos los momentos que puedes pasar en pareja.

Todo con la tranquilidad de no tener que pensar en los niños, ahora adultos, corriendo por la casa, sin dejar lugar a la intimidad o requiriendo atenciones continuas. Algo que no solemos valorar positivamente.

Y aunque parezca obvio, precisamente la pérdida de la menstruación que lleva a la menopausia, hace que desaparezca el riesgo de un embarazo no deseado. Un freno que seguramente ha sido un problema en la juventud.

En la menopausia el amor se vive de una manera mucho más consciente y madura, que lo hace en muchos sentidos, mejor.

Hemos estado juntos con nuestra pareja probablemente durante muchos años, hemos pasado momentos felices y superado los difíciles, y el vínculo íntimo y profundo que se establece durante la relación se nutre de toda la experiencia de vida que hemos compartido juntos.

Este momento no sólo tiende a tener una mayor profundidad, sino que a menudo nos recuerda la importancia del nexo que hemos creado.

Todo ello hace que la misma relación se viva con mayor tranquilidad, de forma menos frenética y con mayor atención a los momentos y detalles. La sensualidad juvenil y el impulso puramente sexual dan paso a mimos más duraderos y a preliminares más placenteros.

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