
Llegada una edad es fácil culpar a la menopausia de todos nuestros males, pero cuidado, porque puede ser que más que menopáusica, estés cansada.
Piensa por un momento en la vida que llevas. Rondas los 50, trabajas fuera de casa y seguramente también te encargas al menos de una parte de las tareas del hogar, si no totalmente. Si fuiste madre sobre los 30, casi con seguridad tus hijos aún están en casa, y eso supone un trabajo adicional. Eso si ellos no han sido a su vez padres, te han hecho abuela y echas una mano con los más pequeños. Además, si tus padres y suegros son mayores dedicas algo de tiempo a visitarles y ayudarles en casa, visitas médicas o lo que necesiten.
A fuerza de disciplina, organización y dormir menos de lo que es necesario consigues sacarlo todo adelante. Intentas organizar tu agenda diaria para tener tiempo para todo lo que es preciso hacer y para sacar un hueco para hacer deporte o relajarte un rato. Pero resulta que ya no eres una jovencita llena de energía y fortaleza física.
Si ya has comenzado a tener los desarreglos menstruales que conducen a la menopausia, lo más seguro es que le eches la culpa a este proceso de tu cansancio, pero si analizas tu día a día, te darás cuenta de que lo que ocurre es que no paras, que tu día es muy intenso, que ya vas cumpliendo una edad, y tal vez más que menopáusica estás cansada.
Imagen: charlz gutierrez de pineres
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