
La palabra menopausia sigue produciendo un cierto pánico vital, en nuestra mente sigue existiendo la idea de que es el principio del fin, de la vejez. Eso era cierto en otros momentos de la historia en los que la esperanza de vida era muy baja, pero no ahora que los cincuenta son los nuevos treinta.
De hecho no solo es que la menopausia no se debe considerar como algo feo, es que puede ser una etapa de lo más bonita si se plantea de forma optimista y positiva. Desde luego no hay que tenerle miedo, ni vivir pendientes de tabúes obsoletos, es una etapa con muchos e importantes cambios, pero que se pueden asumir perfectamente.
En circunstancias normales, la menopausia llega alrededor de los cincuenta años por lo que quedan aún muchos por delante para vivir en plenitud, y la vida merece la pena en cualquier edad. Tal vez aún se asocia la plenitud al hecho de poder engendrar hijos, pero es algo que por pura lógica tiene que pasar, llega un momento en que el cuerpo ya no es fértil, sin que eso quite valor a las mujeres.
A los cincuenta, las mujeres tenemos mucho y bueno que ofrecer, hemos madurado, establecido prioridades, conseguido objetivos, y todo eso va mucho más allá de poder ser madres.
¿Es lógico luchar contra la menopausia? Bueno cada mujer se plantea las cosas como quiere, pero lo suyo es no hacerlo. Sí lo es intentar paliar cualquier síntoma en la medida de nuestras posibilidades, pero no luchar contra lo inevitable. La menopausia tiene que llegar sí o sí, y lo suyo es que nos pille preparadas sin medicalizar un proceso que es totalmente natural.
Para afrontar la menopausia sin traumas ni complicaciones solo hay que cuidarse un poco más. Comer lo que toca y eliminar lo que no es saludable. La bajada del nivel de estrógenos produce cambios en el organismo, uno de ellos es que es más fácil acumular grasas en la zona abdominal y en las arterias, de ahí el peligro de padecer enfermedades cardiovasculares. Es tan sencillo como eliminar todo aquello que ponga en peligro nuestra salud. Por ejemplo, las grasas saturadas que en la menopausia ya no tienen ningún sentido, ya que no hay que estimular las hormonas sexuales, y su consumo produce problemas arteriales. Cuestión distinta son las insaturadas o poli-insaturadas que son beneficiosas para la salud.
También hay que eliminar los azúcares añadidos, el tabaco y el alcohol para cuidar nuestro organismo como merece. Y el café, que absorbe el calcio de los huesos, un problema grave por la tendencia a padecer osteoporosis durante la menopausia.
Otro tema a tener en consideración es hacer ejercicio, para estar en forma y eliminar calorías. Caminar, nadar, bailar, montar en bicicleta, cualquier cosa es interesante para tener los músculos tonificados, estar oxigenadas y mantener una buena salud ósea y las grasas controladas. Al menos media hora al día de ejercicio es lo que se recomienda, si no puede ser más por cualquier motivo.
Por último, es necesario reservarse un tiempo para una misma, para meditar, hacer yoga, o cualquier técnica de relajación que permita unos minutos de introspección. Hay que tomar la vida tal como viene, y la menopausia no es ni siquiera un problema, pero hay que reconocer que es otra etapa, y que son otras las circunstancias. Hasta que esto no quede asumido, es difícil quitarse de encima prejuicios. Es posible que ni recuerdes cuándo fue tu última regla. Un día se fue y ni tiempo para una celebración en condiciones. No es lo mismo tenerla por primera vez que perderla, pero son dos cosas igual de naturales.
Hay que intentar sentirse bien siempre, pero sin caer en la tentación de querer retener un tiempo que pasa para todos y que además es bueno que sea así, porque si se puede contar es que una está viva…
Cada mujer es diferente y su menopausia lo es también por lo que las necesidades son diferentes. Lo que si se puede decir a grandes rasgos, es que no es una enfermedad, es algo que va a pasar sí o sí, y hay que asumir, y mejor hacerlo de manera optimista, porque salvo excepciones, no hay motivos para hacerlo de otra manera.
Es mejor enfocarse en las ganancias que en las pérdidas, así es que sin miedo y mirando hacia delante, siempre, ¡la menopausia es nuestra!
Imagen: eye for ebony
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