Que la menopausia no te envejezca

La menopausia es una etapa de la vida en la que se producen grandes cambios hormonales que afectan a nivel físico y psicológico. Los ovarios dejan de tener actividad, el cuerpo deja de ser fértil y decae el nivel de producción de estrógenos.

Los estrógenos son las hormonas sexuales femeninas que preparan el cuerpo femenino para la reproducción, tienen que ver con la aparición de la regla, el redondeamiento de la figura, el crecimiento del pecho y de la libido.

Pero además, los estrógenos participan en el funcionamiento del sistema urinario, facilitan el trabajo de neuronas y neurotransmisores, y cuidan de la salud de piel y huesos.

Por eso, cuando al llegar la menopausia bajan los niveles de estrógenos, muchas de esas funciones en las que participan se enlentecen y como resultado, la piel se ve más apagada y seca, aparece la cistitis, la sequedad vaginal, falta de deseo sexual, osteoporosis, problemas de memoria o cardiovasculares.

Son problemas asociados a la menopausia que se dan a la vez que los primeros síntomas de envejecimiento. La mala noticia es que ambos procesos, menopausia y envejecimiento son inevitables, la buena es que se pueden tomar medidas para evitar sus efectos todo lo posible.

Lo fundamental es cuidarse con toda la consciencia. Sabemos que hay alimentos sanos, que proporcionan todos los nutrientes necesarios para el organismo. Nuestra dieta diaria debe contenerlos y evitar todos aquellos que son perjudiciales y reducir el consumo de alcohol y bebidas azucaradas o gaseosas. Una dieta saludable repercute de manera favorable en el organismo, porque nos ayuda a sentirnos mejor y a controlar el peso, que siempre es beneficioso para la salud.

Es necesario estar activa, hacer algo de ejercicio, moderado si nunca hemos hecho ninguno, o seguir practicando aunque sea con menor intensidad el que llevamos haciendo toda la vida. El ejercicio mantiene el forma el cuerpo y la mente y eleva el ánimo, que siempre ayuda a encarar mejor la vida diaria.

Comer conscientemente

Los cambios hormonales conllevan un menor producción de colágeno, que mantiene la piel tersa y cuida de la salud muscular. Una opción es compensar con la alimentación ese déficit de colágeno, tomándolo en alimentos que lo contienen y que también aporten antioxidantes.

Los antioxidantes se encuentran principalmente en verduras, hortalizas y frutas, en especial en las de color rojo y anaranjado, que contienen altos niveles de betacarotenos y antioxidantes. Tenemos que incluir en la dieta aquellos alimentos que contengan magnesio y vitamina C.

Hay que recordar que el colágeno y los antioxidantes son fundamentales para la salud muscular y de los tendones, además de proporcionar lozanía a la piel. Podemos aportar colágeno a la piel, y también ácido hialurónico, con una crema adecuada a nuestras necesidades. Pero sobre todo, hay que nutrirse e hidratarse por «dentro». El litro y medio diario de agua es fundamental.

La menopausia es un buen momento de pensar en lo que se come de forma más consciente. Hay que eliminar de la dieta fritos, azúcares añadidos, precocinados, alcohol y tabaco. De tanto en tanto no son perjudiciales, pero un exceso a partir de ciertas edades, en las que el organismo está más lento, solo significan un montón de calorías, que no aportan nada bueno al organismo y que solo producen problemas de salud.

Es un buen momento para fijarse un poco más en las etiquetas de aquello que consumimos y elegir calidad y componentes más naturales y sanos.

Tomar el sol durante la menopausia

El sol es necesario para metabolizar la vitamina D, para lo que son suficientes unos minutos, diez o quince minutos, al día. Cualquier exceso, a pesar del buen aspecto que ofrece una piel bronceada, es malo. La piel tiene recuerdo de las horas de sol y abusar acaba pasando factura. Con la edad la piel se vuelve más frágil y si se ha tomado mucho sol es fácil que salgan esas antiestéticas manchas que tanto afean. Por no hablar del riesgo de padecer un cáncer de piel.

Sol sí, pero con precaución. Hay que tomarlo cuando no pegue muy fuerte, con una buena crema protectora durante todo el año. La mayoría cuenta en su composición con filtro solar por lo que no es complicado cuidarse. Además sombreros, gorras o pañuelos pueden ayudarnos a mantener a raya al sol.

Un estudio realizado por el investigador Kai Triebner, asegura que un exceso de sol puede influir de forma negativa en los niveles hormonales de las mujeres posmenopáusicas. El estudio constata que a mayor exposición al sol, menos estrógenos y más gonadotropinas, situación que aumenta el riesgo de padecer osteoporosis y enfermedades de tipo neurodegenerativo, como el Alzheimer.

Actividad física

La actividad física tiene ventajas a cualquier edad, en la menopausia también.

  • Hacer deporte ayuda a controlar el peso y mantener la figura.
  • Previene las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y la osteoporosis.
  • Es un buena manera de reducir la ansiedad. Si se practica con otras personas se convierte, además en una actividad social. A solas es un buen momento para relajarse escuchando música o simplemente, dejando la mente en blanco.

Lo importante es hacer alguna actividad, simplemente caminar media hora al día nos mantiene en forma. Es una buena manera de comenzar si no estamos acostumbradas a hacer deporte. No es aconsejable con actividades de alto impacto que pueden ser más perjudiciales que beneficiosas. Siempre hay opciones con las que recuperar la forma.

La menopausia no es una enfermedad, no significa una merma en nuestra salud. Es solo una etapa más con cambios hormonales a los que nos tenemos que acostumbrar.

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