Menopausia e inmunidad: impacto y consejos

La menopausia es un período de transición en la que se producen una serie de cambios hormonales, incluida la disminución significativa de los niveles de estrógeno y progesterona. Estos cambios hormonales tienen un impacto en el sistema inmunológico.

El sistema inmunológico innato es la primera línea de defensa contra las infecciones. Durante la menopausia se produce una disminución en la actividad de las células inmunitarias, como los macrófagos, responsables de fagocitar y destruir patógenos, y las células asesinas naturales (NK), que desempeñan un papel fundamental para combatir células infectadas o cancerígenas, lo que puede hacer que las mujeres sean más sensibles a las infecciones.

La inmunidad adaptativa, que implica la producción de anticuerpos y una respuesta inmunitaria más específica, también puede ver afectado su funcionamiento por la menopausia. La disminución de los niveles de estrógeno, que participan en la regulación de la respuesta inmunológica, afecta la función de células inmunológicas, como la de los linfocitos B y hace que sea menos eficaz la lucha contra las infecciones. La consecuencia es que las mujeres menopáusicas pueden tener más riesgos de padecer infecciones y tener una respuesta inmunitaria menos eficiente. También puede verse afectada la producción de anticuerpos y disminuir la eficacia de las vacunas.

La menopausia también puede ser la causante del aumento en los marcadores de inflamación en el cuerpo. Cuando es inflamación crónica se convierte en un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, además de debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de infecciones. La inflamación desvía recursos y energía del cuerpo hacia la respuesta inflamatoria en vez de a la inmunológica, por lo que el organismo es más susceptible a infecciones y se produce un empeoramiento general de la salud.

La disminución de los niveles de estrógeno conlleva entre otros, cambios en el tracto genitourinario, como la atrofia vaginal. Esto supone que haya un aumento de las infecciones genitourinarias en esta etapa.

La atrofia vaginal también es un problema común durante la menopausia producido por el adelgazamiento y sequedad de las paredes vaginales debido a la disminución de los niveles de estrógeno.

La sequedad vaginal, común durante la menopausia, causa molestias y dolor durante las relaciones sexuales, con el riesgo de producir microlesiones en los tejidos. Estas molestias reducen el interés por mantener relaciones sexuales, lo que debido a la bajada de la libido puede suponer un gran problema en las parejas.

La menopausia es distinta para cada mujer, y el impacto en el sistema inmunológico puede variar de una a otra, ya que no todas van a experimentar los mismos cambios o con la misma intensidad. Factores como el estilo de vida, la genética y la salud en general, tienen un papel importante en la respuesta inmunológica de cada mujer.

Para mantener un nivel óptimo de inmunidad es necesario llevar una dieta saludable, hacer ejercicio y gestionar de manera adecuada el estrés diario, para de esta manera, asegurarse un buen funcionamiento del organismo.

Imagen: Anthony Tran en Unsplash

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