¿Estrógenos para la menopausia?

Los estrógenos son, junto a la progesterona, las principales hormonas sexuales femeninas, que van disminuyendo su presencia en el organismo durante la menopausia.

Son las encargadas del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios en la pubertad, por ejemplo, de la menstruación, crecimiento mamario y de dar a la figura el aspecto femenino. Regulan el metabolismo acumulando la grasa en caderas y pecho. En definitiva, preparan al cuerpo de la mujer para la fecundación, ya que también regulan la líbido.

Muy importante también, los estrógenos regulan el colesterol, protegen los huesos y favorecen la formación de colágeno.

¿Qué cambiará con la disminución de los niveles de estrógeno?

Con la llegada de la menopausia se produce una caída gradual de los niveles de estrógeno. No es grave, solo es que el cuerpo está pasando por muchos cambios y tiene otras necesidades.

La disminución de los niveles de estrógeno suele producir un aumento en la tensión arterial, ganar algo de peso. También una pérdida progresiva de la masa ósea y un cambio en el aspecto de la piel.

Ejercicio

Es muy probable que los kilos de más se acumulen en la parte del cuerpo que menos te gusta, pero no es nada que no se solucione, primero aceptando esos cambios y segundo haciendo algo de ejercicio.

Hay multitud de actividades deportivas, más o menos intensas y más o menos relajantes, que puedes practicar según tu condición física. Además, el deporte no solo te ayudará a nivel físico sino que mejorará tu salud cardiovascular.

Vacaciones al sol

Vas a necesitar mucho sol y la buena noticia es que hay muchos lugares donde tomarlo, playa, un paseo por las montañas, por el parque o el balcón de casa.

Lo importante es aprovechar al máximo cada momento de exposición. La luz solar ayuda a la síntesis de la vitamina D, necesaria para la absorción del calcio, fundamental para mantener los huesos fuertes.

Experimentar una nueva forma de comer

La nutrición siempre es muy importante, en esta etapa también. Hay intentar seguir una dieta baja en grasas, sin excederse con las proteínas, los dulces o la sal.

Es buen momento para descubrir otras maneras de cocinar, como la comida oriental, rica en verduras y soja o el potencial de las hierbas fitoterapéuticas.

Si no lo has hecho todavía, es la ocasión de abandonar el tabaco y reducir el consumo de alcohol.

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