
Un síntoma característico de la menopausia son los sofocos y la sudoración nocturna, consecuencia de un aumento de la temperatura corporal, debido a los cambios hormonales. Además es habitual que el metabolismo se enlentezca, que se aumente de peso, que la piel se vuelva más seca, y que se produzca una bajada de la libido y la sequedad vaginal.
¿Qué síntomas tiene la falta de magnesio?
Ante un consumo insuficiente de magnesio, los riñones reaccionan eliminando menos cantidad en la orina. Si se produce de forma prolongada, los síntomas son:
- Dolor muscular, con calambres y entumecimiento
- Dolor de cabeza
- Estreñimiento
- Fatiga y debilidad
- Problemas de sueño
- Irritabilidad, ansiedad, depresión
¿Qué beneficios aporta el magnesio durante la menopausia?
El magnesio es un mineral que participa en muchos procesos metabólicos, es fundamental para el correcto funcionamiento de músculos, huesos y nervios, sistema cardiovascular e inmunitario. Aparece en la síntesis de las proteínas, del ADN, produce energía y es necesario para el funcionamiento de algunos neurotransmisores. La cantidad mínima diaria recomendada para evitar el déficit son entre 310 y 320 mg al día, pero más de la mitad de las mujeres no la toma y tiene carencia de este mineral.
Entre los expertos hay acuerdo en asegurar que la falta de magnesio podría agravar los síntomas de la menopausia. Por eso, tomar magnesio de forma natural o por medio de suplementos puede ayudar a reducirlos, mejorando la calidad de vida de las mujeres en esta etapa.
La cantidad adecuada de magnesio en el organismo reduce la tensión arterial y previene la aparición de las enfermedades cardiovasculares, entre ellas la ateroscleriosis y los infartos, ya que impide la calcificación de las arterias en personas que tienen una predisposición genética a padecerla, además de prevenir la aparición de la diabetes porque el magnesio mejora la producción de insulina.
El magnesio reduce el estrés ya que regula entre otras el cortisol, la hormona del estrés, con lo que se previene el estrés crónico, sus consecuencias y también la depresión. Previene contra el insomnio, porque la ingesta de la cantidad adecuada de magnesio regula el ciclo del sueño, aumentando el nivel de melatonina del organismo durante la noche y reduciéndolo durante el día.
Su poder relajante previene y reduce los calambres musculares y menstruales.
El magnesio ayuda a fijar el calcio y el fósforo, ya que estimula la calcitonina, favoreciendo la creación de hueso y participando en la actividad de la vitamina D. Si no hay un nivel adecuado de calcio, el magnesio no se absorbe. También ayuda a prevenir la salud bucal, ya que equilibra el Ph de la saliva e impide que estropee los dientes. No hay que olvidar que la osteoporosis es una de las consecuencias más graves de la menopausia.
El magnesio favorece el aumento del deseo sexual al disminuir el estrés y la tensión que provocan la caída de la libido. Además el magnesio hidrata el organismo y todas las mucosas, mejorando la sequedad vaginal que se produce en la menopausia.
En general mantener los niveles adecuados de magnesio mejora el estado de ánimo, al regular los niveles de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad.
A pesar de los beneficios del magnesio, es necesario considerar que un exceso también puede ser perjudicial para el organismo. Pueden provocar cambios en el estado de ánimo, provocar náuseas, vómitos y estreñimiento y no se recomienda su ingesta en casos de insuficiencia renal.
Para asegurarse la cantidad adecuada de magnesio solo es necesario incorporar a la dieta alimentos ricos en este mineral.
¿Qué alimentos son ricos en magnesio?
- En frutos secos como almendras y nueces
- Plátanos y aguacates
- Cerales integrales
- Legumbres
- Carnes rojas
- Mariscos
Tomar estos alimentos debería ser suficiente para proporcionar al organismo las cantidades adecuadas de magnesio, pero siempre existe la posibilidad de tomarlo en forma de suplementos.
Durante la menopausia es importante controlar la salud para evitar enfermedades cardiovasculares y óseas. Es necesario llevar una dieta saludable, que contenga calcio, para ayudar a la absorción del magnesio y además, controlar el peso, evitar el alcohol, el tabaco, el azúcar y la sal. También es aconsejable realizar alguna actividad física y protegerse del sol.
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