
La menopausia conlleva una serie de síntomas que pueden hacer un poco más complicada la vida. La alimentación es fundamental durante este periodo para mitigar de la forma más natural posible los sofocos, el insomnio o ayudar a prevenir los problemas cardiovasculares que pueden presentarse.
Los ácidos grasos Omega 3 pueden ser un aliado durante la menopausia. El Omega 3 es un ácido graso poliinsaturado que interviene en los procesos metabólicos, en el desarrollo cerebral y multitud de funciones fisiológicas.
Dos de los más importantes son el alfa linolénico LNA, el eicosapentaenoico EPA y el docosahexaenoico DHA, que tienen que aportarse al organismo a través de la alimentación. Es por esto que entre el 5 y el 10% de lo que se consume debe contener Omega 3.
La bajada de hormonas durante la menopausia produce insomnio, fatiga, sofocos, osteoporosis y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La acción de los ácidos grasos Omega 3, sobre todo el DHA, alivia algunos síntomas de la menopausia.
Uno de ellos es la sequedad ocular y de la piel, ya que proporciona la hidratación necesaria al organismo. También evita la pérdida de masa muscular, puesto que la DHA favorece la formación de hueso nuevo y ayuda a fijar el calcio.
El consumo de Omega 3 aumenta el colesterol bueno por lo que favorece la salud cardiovascular, ya que disminuye la cantidad de triglicéridos.
Los ácidos grasos actúan sobre las articulaciones, previniendo las inflamaciones que suelen ser habituales durante la menopausia. También facilita la actividad del hígado multiplicando su acción depurativa.
El consumo de Omega 3 reduce la aparición de sofocos y los síntomas depresivos. Al actuar en el cerebro, previene el deterioro cognitivo y la pérdida de memoria.
Durante la menopausia hay que hacer ejercicio para mantenerse en forma y evitar el sobrepeso, además de llevar una dieta equilibrada con los nutrientes necesarios para tener una buena calidad de vida.
Los alimentos que contienen gran cantidad de Omega 3, son los pescados azules, marisco, semillas y frutos secos, así como aceites, soja o brócoli. La cantidad diaria recomendada es de 500 mg.
Así es que solo tienes que aumentar la presencia de estos productos en la dieta para asegurarte de consumir la cantidad necesaria, aunque sin pasarse, porque un exceso podría tener algún tipo de interferencia con medicamentos para la tensión o anticoagulantes.
El Omega 3 muy aconsejable para mejorar el buen funcionamiento del organismo, pero es un médico el que debe determinar si es necesario tomarlo como suplemento.
Imagen: Travis Yewell en Unsplash
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