Antigimnasia durante la menopausia

El término antigimnasia puede sugerir algo similar al no movimiento, pero nada más lejos de la realidad: la antigimnasia es un método de trabajo del cuerpo que permite conocerlo, soltar tensiones acumuladas, y mejorar motricidad y tono muscular. Con la antigimnasia se busca reconocer y utilizar zonas del cuerpo que habitualmente no se utilizan, han perdido movilidad o sobre las que no se tienen sensaciones. Por ejemplo, la lengua, que parece que no aporte demasiado al organismo al margen de comer.

La antigimnasia fue creada por una fisioterapeuta francesa, Thérèse Bertherat. Por su trabajo tuvo oportunidad de observar de cerca el cuerpo humano y sus problemas. Bertherat se dio cuenta de que la gran mayoría de problemas y achaques que trataba eran fruto de la tensión y los acortamientos y contracciones en los músculos enlazados de la parte trasera del cuerpo. Así que la solución más lógica parecía ser hacer algo que relajara, flexibilizara y colocara en su posición natural a los músculos, huesos, ligamentos y tendones implicados.

Bertherat se dedicó a investigar varias disciplinas médicas y psicológicas, como psicoanálisis, acupuntura y rolfing, y a estudiar minuciosamente los movimientos del cuerpo al caminar, pararse o sentarse. Las conclusiones de sus observaciones las plasmó en un libro «El cuerpo tiene sus razones», que se convirtió en un best-seller.

En la antigimnasia todo se basa en la anatomía, se dirige a cada órgano y músculo en concreto, pero también a la relación que tienen entre todos ellos. De esa manera, sin ser conscientes, cuando actuamos sobre uno de ellos estamos influyendo en otro con el que aparentemente no tiene nada que ver. Se trata de individualizar en cada persona el trabajo corporal, las sesiones nunca son de la misma manera, no hay niveles ni espejos, porque no hay nada que copiar a otros.

¿Por qué es adecuada la antigimnasia durante la menopausia?

Durante la menopausia la salud ósea y muscular se ve perjudicada por los cambios hormonales. La antigimnasia puede ser un buen aliado para huesos y musculatura. No se trata de un ejercicio cardiovascular, y en principio no está pensado para adelgazar. La antigimnasia se puede hacer en casa, no hace falta ningún material específico, solo dedicarse un rato al día en un lugar tranquilo y acogedor.

Para realizar esta práctica no se necesita ninguna experiencia previa, es ideal para realizar ejercicio de forma suave, incluso cuando no hay costumbre a hacerlo. Los músculos se estiran, los huesos, tendones y musculatura se ven beneficiados con la antigimnasia. Se mejora la postura corporal, el tono muscular y los huesos sufren menos. Se hace ejercicio, por lo que resulta relajante y produce un cansancio sano que mejora el sueño, perfecto para prevenir o paliar el insomnio que acompaña a la menopausia.

La buena noticia es que nuestro cuerpo es maleable y siempre que se le trate bien y se le cuide se puede mejorar casi cualquier estado. El cuerpo disfruta cuando está bien, y con ello nuestra mente y estado de ánimo.

Para conocer más sobre la antigimnasia, se puede visitar la página oficial, donde además puedes buscar al profesional más adecuado y cercano para que oriente la práctica de esta técnica.

Imagen: Jade Stephens

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